La palabra gracia es lejos, la más resistida por los seres humanos que insisten en que sí hay méritos suficientes para salvarse merced a sus buenas obras y aportes. El origen de esta palabra, significa regalo no merecido, es mas, regalo desmerecido, es decir, que la persona que lo recibe, no solo no lo merecía, sino que se había hecho indigna de merecerlo.
Fue esta palabra gracia, la que dentro de las “cinco solas” del protestantismo, mas polvareda levantó dentro de la arrogante doctrina católica. Recordemos que en esos tiempos se exigía la impúdica cobranza de indulgencias y que hasta en la actualidad se realiza cada vez cuando se da un aporte al cura para que en sus misas mencione el nombre de algún ser querido fallecido, a fin de que por esa cancelación, se solicite a “dios” el paso desde el purgatorio al descanso eterno; doctrina que evidentemente raya en lo irracional, antibíblico, y que por lo demás, no resiste análisis. La biblia es clara en enseñar que la salvación es por la sola gracia de Dios en Cristo Jesús y no hay méritos humanos.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” Efesios 2:8-9
Es la sola gracia de Dios la que nos permite obtener la eterna redención. Dios no acepta la cancelación de sus favores, y es más, es un insulto aborrecible. Por lo demás, que falta nos hace entender que no tenemos nada bueno que podemos ofrecerle a Dios como cambio o recompensa de sus favores.
“¿…quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” Romanos 11:35-36
“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” Isaías 64:6
En la epístola a los Romanos, el Espíritu Santo testificando por medio de Pablo, nos señala:
“ Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” Romanos 4: 4-5
La claridad de las Escrituras es sorprendente, no hay posibilidad de mal interpretar esta clara enseñanza de parte de Dios. El confiar en nosotros mismos, significa que estamos anulando y rechazando deliberadamente la operación de la gracia de Dios, y con ello, estamos diciendo que los beneficios divinos son otorgados, no como una decisión soberana de parte del Creador, sino que como una recompensa a nuestras “buenas acciones”.
Dios ha dejado claras instrucciones para confrontar las intensiones de nuestro duro y rebelde corazón respecto a este tema:
“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12)
Los heraldos reformadores, al establecer en sus pilares doctrinales la “solo gracia”, estaban reconociendo cual apóstol Pablo, que todo es “solo por gracia” y no hay méritos humanos ni antes, ni durante, ni después.
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” 1 Corintios 15:10
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Escribe aqui tu comentario