Como es sabido, unos de los pilares que sostiene la iglesia de Roma, es la salvación por obras. La doctrina católica, enseña en resumen que la salvación depende de lo que el hombre haga o deje de hacer, de esta manera la redención esta sujeta a los méritos humanos. Esto no lo enseña la Biblia. No obstante, no solo el catolicismo propone esto, sino que todas y cada una de las religiones donde los favores de sus dioses dependen de los méritos de sus fieles. Es en este escenario de enseñanza cuando los fieles reformadores presentaron de manera magistral lo que enseña la santa escritura respecto a un tema tan importante y trascendental como la salvación.
Este lema define cuál es el medio único por el cual se puede alcanzar la salvación. Dios por su gracia da fe al pecador para creer en Cristo y ser salvo. Esa fe es el medio. Dios no salva a alguien automáticamente si no cree.
Nadie nace salvo, nadie hereda la salvación, ni nadie puede salvarse a sí mismo o salvar a otros.
Sólo la fe puede conducir a la salvación, y esa fe es en Cristo, y esa fe nos es dada por gracia.
Este fue el aspecto crucial de la Reforma Protestante. Martín Lutero fue liberado de sus tormentos de conciencia en el convento donde se auto-laceraba buscando justificación cuando leyó:
“Mas el justo por la fe vivirá” Romanos 1:17
Este texto que aparece en varios pasajes de la biblia, fue el caló, cual espada de doble filo, el corazón de Martín Lutero, abriendo su entendimiento y voluntad a aceptar esta revelación divina respecto a que la salvación es solo y exclusivamente por la fe. La sola fe, ha sido el estandarte de lucha de muchos cristianos fieles a través de la historia, cuyo caminar, ha sido en medio de oposición y derribamiento de argumentos y fortalezas que insisten en presentar lo contrario. El hombre natural se opone a la idea de que su redención sea gratuita, y que no sea mediante sus propios méritos y aportes.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” Efesios 2:8-9
Este pasaje escrito por el apóstol Pablo, nos enseña que el medio de la salvación es por la fe y que ésta, no es de nosotros, sino que es un don de Dios, es decir, es un regalo de Dios, y si es un regalo, no hay méritos. Aunque esta única verdad se resista a ser aceptada por nuestra lógica, y que nuestro orgullo se vea agredido, seguirá siendo la verdad que Dios ha establecido, y que de manera concluyente eleva la sola fe como único medio para nuestra redención.
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