Las 5 Solas 4. Solus Christus (Solo Cristo)



















El concepto de “solo Cristo”, es sin ninguna duda, el fundamento de la fe que movió a los reformadores y protestantes, y que ha remecido a todo creyente a través de la historia del hombre y de la iglesia.
Todas las religiones descansan en un hombre mentor o fundador; por ejemplo, el budismo en Sidartha Gautama (buda), el Islam en Mahoma, el confucionismo en Confucio, el catolicismo en sus papas y clero, etc., no obstante, para el cristianismo legítimo, Cristo no es un mero maestro o iluminado, sino que es Dios hecho carne, creador del cielo y de la tierra, y cuyo nombre ni aún los cielos pueden contener. Los budistas sin buda, los musulmanes sin mahoma o los confucionistas sin Confucio, pueden continuar propagando sus respectivas enseñanzas, pero no es posible concebir el cristianismo sin Cristo, ya que él es el fundamento de todo. Todos los hombres fundadores de filosofías, sectas y religiones, murieron y todo su conocimiento feneció, mas nuestro bendito Cristo venció la muerte y está sentado a la diestra de Dios en las alturas, y él es el fundamento y cabeza de la iglesia.

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” 1 Corintios 3:11 

“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” Colosenses 1: 15-20 

Estos selectos y categóricos textos de las sagradas escrituras, fueron entre otros, los cimientos que sostenían a aquellos hermanos fieles y amantes de la Palabra de Dios en medio de tiempos de tanto oscurantismo. Fue el principio de “solo Cristo” que compungió poderosamente los corazones de los hermanos, al momento de reivindicar la verdad del Salvador.
El que la salvación descanse única y exclusivamente en la obra del Salvador y que la criatura no tenga ninguna participación, evidentemente que no es una idea muy popular y que sea aceptada humildemente y con los brazos abiertos. De hecho, este tema planteado con esta claridad, aun en iglesias que dicen ser evangélicas, la verdad de “solo Cristo” es resistido en sus doctrinas.
La persona de Cristo ha sido para los incrédulos y aquellos doctores religiosos, pero inconversos; un verdedaro dolor de cabeza. Por centurias se ha extendido la discusión sobre el origen, obra y destino de Jesús de Nazaret. Esta eterna discusión sobre su preexistencia, su deidad, su concepción virginal, sus milagros o su resurrección, hasta el día de hoy se mantiene con la misma vigencia.
No obstante, para los legítimos hijos de Dios y que tienen el Espíritu Santo, lo que parece una problemática interminable, es el fundamento de la Fe inmutable y que no sucumbe ante el error.
Cristo, es el Hijo de Dios; Dios hecho carne que vino a este mundo con un solo objetivo y que es salvar al hombre muerto en delitos y pecados.

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” Efesios 2: 1-6 

La única ruta al Padre y el único acceso a la salvación es eterna, es “solo Cristo” y esta verdad irrefutable a la luz de las santas escrituras, es la que derriba toda altivez de espíritu y relativismo de las mentes de los hombres, que insisten en presentar méritos ante el trono de la justicia de Dios. 

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6

Este texto desmorona de manera categórica, aquella postura sincrética o ecuménica que pretende presentar varios caminos o varias fórmulas para llegar a Dios. Hay una frase popular que dice: “todos los caminos conduce a Dios” y han sido muchos que se han sumado a esta premisa satánica que descansa en el seno del ecumenismo. Pero la biblia enseña algo totalmente opuesto y fue justamente aquello lo que los heraldos reformadores pregonaron a precio de sus propias vidas. No hay otro medio para llegar a Dios, sino a través de “solo Cristo”. 

“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Hechos 4:11-12

“Solo Cristo” es, dentro de las “cinco solas” que estamos analizando, la mas significativa, ya que presenta no solo una enseñanza o doctrina, sino que al mismísimo autor de las ellas; nuestro bendito salvador. A él sea la honra y la potencia por los siglos de los siglos.

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