Cordero Santo

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Erradicando el temor

9:29 a.m.


“Por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo”.

MATEO 25:25


A la luz de la palabra de Dios existen dos tipos de temor. Un temor positivo y otro negativo. Por ejemplo: la Biblia nos dice en proverbios 1:7. Que el principio de la sabiduría es el TEMOR a Jehová. Este temor, del hebreo “Yirá” y nos dice que es: un sentimiento de respeto o reverencia. Este sentimiento proviene de Dios. Se refiere a la capacidad de reverenciarlo, es decir nos faculta para obedecer sus mandamientos, evitar la maldad y mantener una gratitud y reconocimiento de todos sus favores. El temor de Dios nos lleva a darle a Él, el primer lugar en nuestras vidas. Debemos valorar el temor de Dios pues el profeta Isaías nos dice en su libro, Isaías 33:6 “…..el temor de Jehová será vuestro tesoro”. 

Pero tenemos otro temor al cual nos referimos en esta reflexión, y tiene que ver con el miedo que paralizó a este siervo del cual nos habla el texto en mención. Dice la escritura, que él dijo: “por lo cual tuve miedo”. Este hombre se llenó de temor, se asustó. Su propio miedo lo paralizó y por consiguiente lo llevo a la desobediencia, porque no hizo lo que su Señor le ordenó hacer.

¿Cuántas veces nos ha pasado que por culpa del miedo nos hemos visto abocados a desobedecer al Señor? ¿Cuántas veces por culpa de ese temor maligno no hemos emprendido una tarea específica que Dios nos ha ordena? ¿Se ha visto paralizado por ese miedo? ¡Tengamos cuidado! No sea que estemos dejando de hacer la voluntad de Dios por causa de ese maligno miedo.

Ese miedo o temor que nos expresa el texto, viene del griego “Fobéo” que significa además: temblar, temor, tener miedo. Y nos dice que es una sensación no placentera y desagradable causada por un sentido de peligro. Repulsión a ciertas personas o situaciones sin una justificación aparente. Es un sentimiento que provoca huida. Esto es lo que hace ese sentimiento de temor y miedo, paralizarnos y ponernos en huida.

La palabra de Dios nos dice que cuando Dios le hablo a Adán después de haber pecado, las palabras de Adán fueron: “Y él respondió: “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí”. Génesis 3:10.

Este siervo del cual nos habla la escritura, debió haber tenido más temor de no multiplicar el talento que su señor le dio, que de perderlo. No podemos permitir que el miedo nos impida hacer lo que Dios nos ordena. Pierda el miedo a evangelizar, ore por los enfermos, pierda el miedo a ayudar y servir a otros por temor a que le fallen. Recuerde: ¡Dios ha prometido estar con nosotros para siempre! La recompensa viene del Señor. Ya sea para elogiarnos por haber vencido el miedo o por habernos dejado vencer de él.

¡BENDICIONES!


Pr. Jhonny Montaño

Romanos 6:14

9:19 a.m.

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14


 Cuantas veces puede, el pecado trata de reinar en nosotros y ocupar el trono de nuestro corazón. A veces tememos que nos vencerá, y entonces clamamos al Señor que «ninguna iniquidad se enseñoree de mí». Su consoladora respuesta es: «El pecado no se enseñoreará de vosotros». Podrá acometernos y aun herirnos, pero nunca enseñorearse de nosotros.

 Si viviéramos bajo la ley, nuestro pecado tomaría fuerzas y nos esclavizaría, porque castigo es el pecado que el hombre caiga bajo su poder. Empero vivimos bajo el pacto de la gracia y estamos asegurados, por las cláusulas de dicha alianza, de que no podemos ser separados del Dios viviente.

 La gracia prometida, por el contrario, hará que volvamos de nuestros extravíos y que seamos liberados de nuestras impurezas y de las cadenas de nuestros malos hábitos. Podríamos quedar sumidos en la desesperación y «servir a los egipcios», si fuéramos aún como esclavos que trabajan por ganar la vida eterna; pero siendo libres por el Se- ñor, cobramos ánimo para seguir luchando contra el mal y las tentaciones, con la seguridad de que el pecado nunca más volverá a esclavizarnos. Dios nos dará la victoria por el Señor Jesucristo, a quien sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Una fórmula para tener éxito en la vida 4

3:14 p.m.



JOSUE 1:7. “Solamente esfuérzate, y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a derecha ni a izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres”.



Continuando con la construcción de nuestra escalera vamos a mirar el cuarto peldaño, el cual tiene que ver con NO APARTARNOS DE LAS INSTRUCCIONES DIVINAS ni a la derecha, ni a la izquierda.

Mucha gente piensa que serán bendecidas, les ira bien y serán exitosas si obtienen poder y contactos personales influyentes y mantienen un incesante deseo por agradarse a sí mismo o agradar a quienes tienen como la esperanza de su progreso y avance. El Apóstol Pablo exhortando a los cristianos de la iglesia de Galacia, en Gálatas 1:10, dice: “Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo”. Dios le dijo a Josué: además de ser esforzado, valiente y cuidar de poner por obra la palabra de Dios; ahora le dice: NO TE APARTES DE ELLA ni a la derecha ni a la izquierda. En otras palabras mantente fiel a los principios divinos, no importa la presión externa aférrate y mantente fiel a las instrucciones que en el libro de la ley te dio mi siervo Moisés. Proverbios 4:27 nos dice: “No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal”.


Nos veremos bajo la presión de un mundo que se mueve con anti-valores, que nos seduce a torcer los principios que Dios nos ha dado, una sociedad donde parece que ser desleal, deshonesto, faltos de integridad, etc. Es lo que debe prevaler a la hora de alcanzar el “éxito” en la vida. Pero Dios nos dice que debemos mantenernos fieles y no apartarnos ni a la derecha, ni a la izquierda.

Es posible que no seamos “exitosos” según los criterios de este mundo, pero si lo seremos ante los ojos de Dios. Y la opinión de Dios es la que a final de cuentas vale y es importante. ¡Mantente fiel a Dios, sin desviarte y Él le sorprender con sus maravillas!

¡BENDICIONES!


Pr. Jhonny Montaño Solis


Una fórmula para tener éxito en la vida 3

11:21 a.m.


JOSUE 1:7. “Solamente esfuérzate, y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a derecha ni a izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres”.

Hoy centraremos nuestra atención en el tercer peldaño en la construcción de nuestra escalera que nos llevará al éxito en nuestra vida. Y tiene que ver con la expresión “cuidar de hacer conforme a la ley que Moisés mando a Josué”. Dios le dijo a Josué: “Asegúrate de poner en práctica lo que mi siervo Moisés te mando en el libro de la ley”. 

Me he dado cuenta que mucha gente desea que en la vida valla bien, pero no quieren vivir conforme a lo que Dios dice en su palabra, sino conforme a sus propios caprichos, conforme al sistema egoísta de este mundo. Dios jamás violentará su palabra. Si nos ha pedido dejar nuestra vieja manera de vivir, no debemos hacer más que obedecer a eso si queremos que en todo lo emprendamos seamos prosperado y nos valla bien.


El éxito de Josué estaba íntimamente relacionado con su vida de obediencia a todo lo que Dios había dicho a través de su siervo Moisés. Mi querido hermano, el éxito de su vida estará determinado por la capacidad de obediencia que tengamos a la palabra de Dios. El versículo 8 de este capítulo 1 de Josué, nos confirma de manera determinante esta gran verdad.

Léalo y medite en ellos. Que este día sea una buena oportunidad para cuidar de hacer conforme a todo lo que dice Dios en su palabra. 


¡BENDICIONES!

Pr. Jhonny Montaño Solis


Una fórmula para tener éxito en la vida 2

10:39 a.m.



















JOSUE 1:7. “Solamente esfuérzate, y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a derecha ni a izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres”.

Vamos adelante con nuestro tema y deseo poner en su corazón el segundo peldaño en la construcción de nuestra escalera hacia el éxito. El segundo peldaño es la expresión que encontramos en el versículo 7. “….y sé muy valiente”. ¿QUÉ SIGNIFICA SER VALIENTE? “Esta expresión se define como: aquel que tiene valor o actúa con mucha determinación ante situaciones arriesgadas o difíciles”. En el contexto de este versículo, vemos que esta expresión se da reiteradas veces. Dios quiere ver un pueblo que se esfuerza y que es valiente. Un pueblo que actúa con determinación frente a los desafíos de la vida. Un pueblo que no se amilana, no teme, no retrocede; sino un pueblo que sabe que el Dios a quien sigue, no le ha dado espíritu de temor o miedo, sino de poder, amor y dominio propio.

El ser valientes no tiene que ver con nuestras habilidades, poder o fuerza, más bien, tiene que ver con saber que Dios está con nosotros. Isaías 41:10, nos dice: “No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa”. Frente a toda adversidad sepa que Dios estará con usted, le ayudará le sostendrá y le dará su victoria. No abandone, no renuncie, no desista, no se desaliente ni se abata. Confíe en el Señor, sea muy valiente por Dios está contigo.
Lo opuesto a ser valiente, es ser cobarde. Y dice la biblia que a los cobardes Dios rechaza. Apocalipsis 21:8.
¡Qué promesas más hermosas Dios le da a Josué! Si Josué ejerce valentía y esfuerzo como Dios quiere, Dios promete acompañarlo y prosperar todo lo que hace. 

Oiga lo que Dios le dice en este maravilloso día.

Josué 1:9. “Mi mandato es: ¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”.


¡Quiera Dios podamos caminar con esta poderosa promesa!

¡ABRAZOS!

Pr. Jhonny Montaño Solis

Una fórmula para tener éxito en la vida 1

4:00 p.m.












JOSUE 1:7. “Solamente esfuérzate, y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a derecha ni a izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres”.

Sé que el título de esta reflexión puede parecer muy subjetivo y que parece a una oferta más de las que encontramos en el mundo cristiano hoy. Pero lo que busco es llamar su atención frente a lo que Dios le dijo a Josué mientras se disponía para asumir el desafío de llevar e introducir al pueblo a la tierra prometida. Si observamos detenidamente lo que el versículo nos expresa, descubrimos que es una formula extraordinaria para poder alcanzar el propósito, el desafío y la meta que Josué se estaba trazando. Observe esto:

Esfuerzo + valentía + poner por obra  la ley de Dios + no apartarse de ella = a ser prosperado y todo lo que haga me salga bien. 

Ahora bien; pensar en formulas muchas veces es sinónimo de ser algo fácil, pero lo que observamos aquí no es tan fácil, porque toca con algo que debemos hacer. ¿Cuán dispuestos estamos a caminar por esta senda? Josué sabía que a menos que así lo hiciera, Dios estaría con él y lograría cumplir a cabalidad lo que tenía por delante. Veamos pues lo que significa cada uno de los elementos de la operación.

ESFUERZO. ¿Qué es el esfuerzo? El esfuerzo se considera una virtud del ánimo, relacionada con la fuerza o el empeño con que afrontamos una dificultad o nos proponemos alcanzar un objetivo. Es la acción de emplear gran fuerza física o moral para alcanzar un fin determinado. El primer peldaño que nos toca escalar si queremos alcanzar las metas de la vida es el ESFUERO. Hay gente que quiere todo en la vida pero no quieren esforzarse, quieren progreso sin mayor esfuerzo. Si queremos ver avances en nuestra vida debemos aprender a esforzarnos. ¿Y que decir si pensamos en la vida de fe? No queremos esforzarnos en buscar a Dios, en amarlo, en servirlo, en caminar con Él.

En ocasiones nos fijamos en los triunfos de los otros y los envidiamos, pero no pensamos en el precio que tuvo que pagar, el esfuerzo y empeño que tuvo poner para lograr lo que hoy se ve. ¿Por qué Dios le dijo a Josué que se esforzara? Porque Dios sabía que no iba ser tan fácil poseer la tierra. El Señor iría con ellos, pero eso no le quitaba la responsabilidad a Josué de esforzarse. Dios ha prometido estar contigo y conmigo, pero eso no nos quita la responsabilidad de que nos esforcemos. Mi desafío hoy es: imprímele esfuerzo a tu vida y Dios te bendecirá.

¡BENDICIONES!

Pr. Jhonny Montaño Solis

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